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En el mercado de divisas bidireccional, los inversores sofisticados suelen poseer una mentalidad muy madura, pero el capital suele ser su recurso más escaso.
Un capital suficiente es crucial en la inversión en divisas, incluso más importante que cualquier otro factor. Cuando los inversores cuentan con suficiente capital, desarrollan una mentalidad más tranquila y son más racionales en sus decisiones de inversión. Esta racionalidad les impide apresurarse a obtener resultados rápidos y les lleva a adoptar estrategias de inversión y tenencia a largo plazo en lugar de buscar ciegamente ganancias rápidas.
Los inversores con suficiente capital son más cautelosos, lo que ayuda a reducir el riesgo. Con medidas eficaces de gestión de riesgos, es menos probable que sufran pérdidas significativas en un corto período de tiempo. Mediante el aprendizaje y la práctica continuos, incluso en condiciones de mercado adversas, incluso si no obtienen ganancias en un año, no sufrirán pérdidas significativas.
Por el contrario, un capital suficiente permite a los inversores mantener una actitud relajada, considerando la inversión como una actividad recreativa en lugar de una apuesta arriesgada. Este cambio de mentalidad es crucial para una inversión estable a largo plazo. No solo ayuda a los inversores a mantener la calma ante las fluctuaciones del mercado, sino que también les ayuda a comprender mejor las oportunidades de inversión a largo plazo y a lograr un crecimiento constante de su patrimonio.
Fuentes de liquidez de la plataforma y estrategias de ganancias y pérdidas de los operadores en el trading de Forex.
En el mercado de Forex, si los operadores comprenden claramente las fuentes principales de liquidez de la plataforma y la lógica operativa de los diferentes modelos de liquidez, pueden evaluar el entorno de trading de forma más racional, formular estrategias operativas y gestionar las ganancias y pérdidas con serenidad, evitando errores irracionales causados por una comprensión imprecisa de los mecanismos de la plataforma.
Las plataformas de Forex proporcionan liquidez principalmente en dos modelos principales. El primero es el modelo de creador de mercado directo (modelo MM). Estas plataformas solo requieren una licencia de creador de mercado para realizar operaciones relacionadas. Desde una perspectiva operativa, la característica principal del modelo de creador de mercado es el procesamiento interno de las órdenes de los clientes. Este modelo funciona de dos maneras: primero, la plataforma acepta directamente las órdenes de los clientes, convirtiéndose en su contraparte y estableciendo una relación de "apuesta" con ellos; segundo, la plataforma utiliza su sistema interno para emparejar órdenes largas y cortas de diferentes clientes, creando una contraparte comercial entre ellos sin tener que transmitir las órdenes al mercado externo. En este modelo, las órdenes de los clientes no ingresan al mercado forex global para su ejecución. La plataforma equilibra el riesgo y la recompensa controlando el flujo de órdenes, a la vez que genera ingresos a través de diferenciales, comisiones y otros medios.
El segundo modelo de provisión de liquidez implica que las plataformas se conecten con proveedores de liquidez externos (LP). En mercados financieros como el forex y la bolsa, los proveedores de liquidez suelen ser instituciones con sólidos recursos financieros y cumplimiento normativo, incluyendo grandes bancos comerciales (como JPMorgan Chase y HSBC), instituciones financieras especializadas y grandes firmas de trading. La función principal de estas instituciones es inyectar liquidez al mercado y facilitar la fluidez de las transacciones mediante el suministro continuo de cotizaciones de compra y venta, y asumiendo proactivamente la obligación de comprar y vender activos. Cuando un operador coloca una orden en la plataforma, esta la transfiere a un proveedor de liquidez asociado, quien completa la transacción final. En esta función, la plataforma actúa más como un "intermediario de órdenes", beneficiándose de las comisiones o tarifas por servicio de los proveedores de liquidez.
Además de los dos modelos individuales mencionados anteriormente, la mayoría de los brókeres de plataformas de forex adoptan un modelo "híbrido", que ajusta con flexibilidad sus métodos de procesamiento de órdenes en función de circunstancias específicas, como el tamaño de la orden y el tipo de cliente. En concreto, la plataforma dirige algunas órdenes al mercado externo (es decir, utilizando un modelo de proveedor de liquidez). Estas órdenes se denominan comúnmente "órdenes de mercado" y atienden principalmente las necesidades de negociación de los "clientes del Almacén A". Normalmente, los clientes del Almacén A son grandes inversores con órdenes de gran volumen. Si la plataforma adoptara un modelo interno de creación de mercado, esto implicaría un riesgo significativo (si la tendencia del mercado se alinea con la orden del cliente, la plataforma podría enfrentar pérdidas significativas). Por lo tanto, dirigir estas grandes órdenes al mercado externo diversifica eficazmente el riesgo. Mientras tanto, la plataforma gestionará directamente otra parte de estas órdenes internamente mediante un modelo de creación de mercado. Estas órdenes suelen provenir de inversores minoristas con poco capital. Debido a su menor tamaño, la plataforma puede gestionarlas mediante emparejamiento interno o autoaceptación, sin afectar significativamente su tolerancia al riesgo general. Este modelo híbrido flexible garantiza la gestión de riesgos de la plataforma, a la vez que satisface las necesidades de trading de diversos tipos de clientes. Es una opción operativa común en la industria actual de plataformas de forex.
Para los operadores de forex, comprender claramente las fuentes de liquidez de la plataforma es crucial para gestionar racionalmente las ganancias y pérdidas y desarrollar estrategias de trading sólidas. Basándose en la comprensión de los modelos de liquidez, los operadores deben evitar realizar operaciones a ciegas a corto plazo con grandes volúmenes de capital. El trading a corto plazo se basa en las fluctuaciones del mercado a corto plazo para obtener beneficios, y los diferentes modelos de liquidez varían en cuanto a la velocidad de ejecución de órdenes y el riesgo de deslizamiento. (Por ejemplo, con el modelo de creador de mercado, la plataforma puede experimentar deslizamiento debido al cumplimiento interno de órdenes, especialmente durante periodos de alta volatilidad del mercado). El trading de alto riesgo puede magnificar estos riesgos, y un error de cálculo puede generar pérdidas significativas. Además, el trading de alto riesgo a corto plazo puede desencadenar fácilmente fluctuaciones emocionales, lo que lleva a los operadores a tomar decisiones impulsivas ante ganancias y pérdidas a corto plazo, lo que agrava aún más el riesgo.
Por el contrario, una estrategia de trading ligera y a largo plazo es más estable y coherente con una comprensión racional de los modelos de liquidez de la plataforma. Los operadores ligeros y a largo plazo no buscan ganancias rápidas a corto plazo. En cambio, esperan pacientemente oportunidades de trading de alta calidad basándose en su comprensión de las tendencias del mercado a largo plazo. Tras establecer una posición inicial, si las tendencias del mercado cumplen las expectativas y las ganancias no realizadas alcanzan cierto nivel, aumentan gradualmente sus posiciones en pequeños incrementos, logrando un crecimiento patrimonial a largo plazo mediante la acumulación de pequeñas ganancias constantes. Desde la perspectiva de la gestión de riesgos, operar con una posición ligera reduce eficazmente la pérdida potencial de una sola operación. Incluso ante fluctuaciones del mercado a corto plazo o deslizamientos causados por la liquidez de la plataforma, evita los riesgos de invertir demasiado en una posición. Desde la perspectiva de la gestión de emociones, una estrategia a largo plazo permite a los operadores centrarse menos en las ganancias y pérdidas a corto plazo, contrarrestando tanto el miedo a las pérdidas flotantes como la codicia impulsada por las ganancias a corto plazo, manteniendo así decisiones de trading racionales.
Por el contrario, las operaciones intensas a corto plazo no solo dificultan evitar la interferencia emocional, sino que también aumentan la probabilidad de errores operativos debido a los efectos combinados de las fluctuaciones del mercado a corto plazo y las características de liquidez de la plataforma. Por ejemplo, en un modelo de creador de mercado, las posiciones intensas a corto plazo pueden resultar en deslizamientos significativos si entran en conflicto con la exposición al riesgo interno de la plataforma. En un modelo de proveedor de liquidez, las posiciones fuertes a corto plazo pueden provocar retrasos en la ejecución debido a la escasez temporal de liquidez. Estos factores exacerban los riesgos de las operaciones, lo que lleva a los operadores a ajustar frecuentemente sus estrategias impulsados por la emoción, atrapándolos en un círculo vicioso de "pérdidas-ansiedad-errores". Por lo tanto, solo al comprender plenamente las fuentes de liquidez de la plataforma, los operadores pueden comprender fundamentalmente la idoneidad de las diferentes estrategias de trading. Al elegir una estrategia estable a largo plazo con una posición ligera, pueden gestionar racionalmente las ganancias y pérdidas y alcanzar sus objetivos de trading a largo plazo.
En las operaciones de cambio de divisas bidireccionales, los inversores suelen verse afectados por las fluctuaciones del mercado y sus emociones fluctúan en consecuencia. Para evitar esto, los inversores pueden centrarse en tres aspectos: la preparación previa a la operación, el control emocional durante la operación y la reflexión y el ajuste posteriores a la operación.
La preparación previa a la operación es crucial. En primer lugar, los inversores deben desarrollar un plan de trading claro. Esto incluye definir claramente sus objetivos, como establecer un objetivo de beneficios razonable, como un beneficio mensual del 10% al 20% de su capital inicial. Establecer un límite de pérdidas también es crucial para limitar las pérdidas. Por ejemplo, tras comprar un par de divisas, si el precio cae por debajo del límite de pérdidas establecido, como un 5% por debajo del precio de compra, venda con decisión para evitar pérdidas adicionales. Los inversores también deben elegir una estrategia de trading adecuada según su estilo, como la inversión a corto plazo o la inversión a largo plazo. Para la inversión a corto plazo, pueden centrarse en indicadores de análisis técnico, como las medias móviles. Cuando una media móvil a corto plazo supera a una media móvil a largo plazo, puede ser una señal de compra; cuando la supera, puede ser una señal de venta. Para la inversión a largo plazo, pueden centrarse en los fundamentos económicos, como la política de tipos de interés y la tasa de inflación de un país. Por ejemplo, las continuas subidas de los tipos de interés de un país pueden atraer capital a su moneda, impulsando su valor.
Una investigación de mercado exhaustiva también es esencial. Los inversores deben comprender los fundamentos del mercado forex. Al ser el mercado financiero más grande del mundo, sus fluctuaciones de precios se ven influenciadas por diversos factores, como la publicación de datos económicos (como el PIB y las tasas de desempleo), eventos políticos (como elecciones y acuerdos comerciales) y la confianza del mercado. Por ejemplo, datos económicos sólidos, como superar las expectativas de crecimiento del PIB, suelen fortalecer el valor de la moneda de un país. Los inversores también pueden mejorar su comprensión del trading de forex leyendo libros financieros profesionales y realizando cursos de formación. También es importante comprender las características y los riesgos de los diferentes instrumentos de trading, como el trading con margen y los CFD. Por ejemplo, si bien el trading con margen puede aumentar el volumen de operaciones, también incrementa el riesgo. Si las tendencias del mercado van en contra de las expectativas, las pérdidas pueden acumularse más rápidamente.
Una gestión adecuada del capital también es crucial para la preparación previa a la negociación. Los inversores no deben invertir todos sus fondos en el trading de forex. En su lugar, pueden adoptar una estrategia de asignación de capital, destinando una parte a gastos diarios, ahorros y otros fines para evitar que las pérdidas en el trading de divisas afecten su vida diaria. Por ejemplo, si tiene 100.000 yuanes, podría destinar entre 30.000 y 50.000 yuanes al trading de divisas y el resto a otras inversiones estables o ahorros. También es importante gestionar la cantidad de capital invertido en cada operación. En general, la cantidad invertida en una sola operación no debe superar el 10% o el 20% de su capital total. De esta manera, incluso si se produce una pérdida en una operación en particular, no supondrá un golpe devastador para su capital total.
El control emocional también es crucial durante el trading. Los inversores deben mantener la calma y la objetividad. Cuando el mercado fluctúe significativamente, no se deje llevar por ganancias o pérdidas temporales; tome decisiones basadas en su plan y estrategia de trading. Por ejemplo, si el mercado experimenta una caída repentina debido a noticias de última hora (como un recorte sorpresivo de los tipos de interés por parte de un banco central), no entre en pánico y venda todas sus posiciones. En su lugar, analice el impacto a largo plazo de las noticias en el par de divisas para determinar si cumple con los criterios de stop-loss o take-profit de su plan de trading. Los inversores también deben evitar operar bajo presión emocional, evitando perseguir ciegamente máximos por codicia o recortar pérdidas prematuramente por miedo. Por ejemplo, cuando el precio de un par de divisas sube rápidamente y ya ha obtenido una ganancia significativa, podría ser reacio a vender porque el precio sigue subiendo, con la esperanza de obtener más ganancias. Esto puede provocar una reversión repentina del precio y una caída, reduciendo significativamente las ganancias o incluso causando pérdidas.
Usar herramientas de trading para facilitar la gestión emocional también es un método eficaz. Los inversores pueden utilizar órdenes de stop-loss y take-profit. Las órdenes de stop-loss pueden ayudar a limitar automáticamente las pérdidas, cerrando la posición automáticamente cuando el precio alcanza el punto de stop-loss. Las órdenes de take-profit pueden asegurar las ganancias. Por ejemplo, al comprar EUR/USD, establezca un punto de stop-loss en 1,1000 y un punto de take-profit en 1,1200. Cuando el precio baje a 1,1000, se venderá automáticamente una orden de stop-loss, limitando las pérdidas. Cuando el precio suba a 1,1200, se venderá automáticamente una orden de take-profit, asegurando las ganancias. Esto evita que la indecisión provoque la pérdida de oportunidades de stop-loss o take-profit. Los inversores también pueden llevar un registro de operaciones, registrando la hora, el par de divisas, la dirección, el importe, el motivo de cada operación y los resultados. Analizando su registro de operaciones, puede identificar patrones en sus operaciones emocionales. Por ejemplo, puede que tenga tendencia a operar impulsivamente durante periodos de alta volatilidad del mercado. Registrar y analizar su registro le ayudará a mantener la calma en situaciones similares.
La reflexión y el ajuste post-operación son igualmente importantes. Los inversores deben revisar periódicamente sus registros de operaciones y analizar qué operaciones tuvieron éxito y cuáles no. Para operar con éxito, analice las razones del éxito, como si la estrategia de trading fue acertada o si el entorno de mercado fue favorable. Para operaciones fallidas, identifique las razones del fracaso, como si el plan de trading fue inadecuado o si sus emociones llevaron a tomar malas decisiones. Por ejemplo, hemos descubierto que muchas operaciones fallidas se deben a no seguir estrictamente las estrategias de stop loss. Cuando los precios caen, los inversores se arriesgan y no implementan las órdenes de stop loss a tiempo, lo que finalmente genera más pérdidas. Con base en esta experiencia, los inversores deben ajustar sus estrategias de trading. Si descubren que sus estrategias son ineficaces en ciertas condiciones de mercado, como durante períodos de alta volatilidad, cuando sus estrategias originales de análisis técnico resultan ineficaces, pueden considerar incorporar factores de análisis más fundamentales para ajustar sus estrategias. También deben ajustar su mentalidad. Si descubren que sus emociones afectan con frecuencia sus operaciones, pueden aprender técnicas de gestión emocional, como la meditación y la respiración profunda, para ayudarlos a relajarse y mantener la calma antes de operar.
En el mercado de divisas, la comprensión fundamental que los operadores deben establecer es que operar en este mercado es inherentemente una inversión de bajo riesgo y baja rentabilidad. Su estrategia de ganancias se basa en la acumulación de tendencias a largo plazo y el control del riesgo, en lugar de la especulación de alto riesgo a corto plazo. Para los inversores que buscan obtener altos rendimientos a corto plazo mediante la asunción de riesgos, operar en divisas no es una opción adecuada. Esta característica no está determinada por la naturaleza aleatoria de las fluctuaciones del mercado, sino por el panorama del mercado, moldeado por las políticas monetarias y las estrategias de intervención cambiaria de los bancos centrales mundiales en las últimas décadas, lo que influye directamente en la estructura de riesgo-retorno y la lógica operativa del mercado de divisas.
1. Dirección de la política de los bancos centrales mundiales: Estableciendo el tono del mercado de bajo riesgo y baja rentabilidad.
En las últimas décadas, la lógica de la política monetaria de los bancos centrales de los principales emisores de divisas ha alterado profundamente la volatilidad del mercado cambiario, impulsando directamente su evolución hacia una estrategia de "bajo riesgo y baja rentabilidad". Para mantener su competitividad comercial y estimular el crecimiento económico, la mayoría de los bancos centrales de las principales monedas (como los de la eurozona, Japón y el Reino Unido) han adoptado desde hace tiempo una estrategia de "devaluación competitiva", reduciendo los tipos de interés y aumentando las inyecciones de liquidez utilizando diversos medios para frenar la apreciación de la moneda, las tasas de interés bajas, nulas e incluso negativas se han convertido en la norma en la política monetaria global. Por ejemplo, el Banco de Japón ha mantenido tasas de interés bajas durante un largo periodo desde 2001 e introdujo una política de tasas de interés negativas en 2016. La eurozona ha entrado en una era de tasas de interés negativas desde 2014, que ha durado más de ocho años.
En este entorno de política monetaria, los bancos centrales se ven obligados a intervenir frecuentemente en el mercado (como transacciones directas en el mercado cambiario, intervenciones verbales y ajustes a los instrumentos de política) para estabilizar los tipos de cambio y evitar que las fluctuaciones monetarias excesivas afecten los objetivos económicos. Por ejemplo, cuando la moneda de un país se ve presionada por la apreciación debido a las entradas de capital a corto plazo, el banco central vende su propia moneda y compra moneda extranjera, aumentando la oferta de moneda local para frenar el tipo de cambio. Por el contrario, si la moneda local se deprecia excesivamente, el banco central compra su propia moneda y vende moneda extranjera para apoyar la estabilidad del tipo de cambio. El resultado directo de esta intervención es fijar el tipo de cambio dentro de un rango de fluctuación relativamente estrecho, lo que reduce significativamente su tendencia unilateral y su volatilidad. Esto dificulta que las operaciones de cambio generen oportunidades de alto rendimiento derivadas de la alta volatilidad, lo que finalmente resulta en un entorno de bajo riesgo, bajo rendimiento y alta consolidación.
2. El mercado de operaciones a corto plazo se contrae: la falta de tendencias genera escasas oportunidades.
El mercado mundial de divisas actual está experimentando una disminución de las operaciones a corto plazo y una menor actividad. La razón principal es que la lógica de rentabilidad de las operaciones a corto plazo se ha desfasado de las condiciones del mercado. A medida que más operadores a corto plazo se dan cuenta de que ya no es posible beneficiarse de las fluctuaciones a corto plazo en el mercado de divisas, se retiran activamente de las operaciones a corto plazo, lo que agrava aún más el estancamiento del mercado; un estancamiento que no se debe a una liquidez insuficiente, sino a la escasez de oportunidades de negociación a corto plazo.
Desde una perspectiva de mercado, las ganancias de las operaciones a corto plazo dependen de las fluctuaciones de las tendencias a corto plazo o de las grandes oscilaciones en los tipos de cambio. El sistema actual de tipos de interés y el mecanismo de vinculación cambiaria de las principales divisas mundiales suprimen directamente dichas fluctuaciones. Por un lado, los tipos de interés de las principales divisas están estrechamente vinculados a los del dólar estadounidense (por ejemplo, los ajustes de los tipos de interés para divisas como el euro, la libra esterlina y el yen suelen depender de la orientación política de la Reserva Federal para evitar desviaciones excesivas del tipo de cambio). Este diferencial de tipos de interés se mantiene dentro de un rango extremadamente estrecho. Los diferenciales de tipos de interés son un factor clave de los flujos de capital a corto plazo y las fluctuaciones del tipo de cambio. Estos estrechos diferenciales conducen directamente a una disminución de los flujos de capital transfronterizos y a una falta de impulso para las fluctuaciones del tipo de cambio. Por otro lado, la intervención regular de los bancos centrales ha comprimido aún más la volatilidad del tipo de cambio. La volatilidad diaria promedio de la mayoría de los pares de divisas principales (como el EUR/USD y el USD/JPY) ha disminuido entre un 30% y un 50% en comparación con hace una década, y han estado en un estado de consolidación durante mucho tiempo, sin una tendencia unilateral clara.
Este entorno de mercado de "rango estrecho y sin tendencia" presenta un dilema para los operadores a corto plazo: les cuesta obtener beneficios del arbitraje de precios aprovechando las fluctuaciones a corto plazo, al tiempo que encuentran oportunidades para invertir fuertemente en tendencias más amplias. Incluso si los inversores están dispuestos a asumir posiciones de alto riesgo y con grandes inversiones, el mercado carece de potencial de ganancias significativas. En última instancia, la negociación a corto plazo ha pasado de ser un modelo de "alto riesgo y alta rentabilidad" a uno de "alto riesgo y baja rentabilidad", perdiendo su atractivo para los operadores.
3. El trading de ruptura ha sido abandonado: La base de las estrategias de debilitamiento y desintegración de tendencias.
Durante las últimas dos décadas, la estrategia de "trading de ruptura", antes ampliamente utilizada en el mercado de divisas (es decir, aprovechar una tendencia unilateral al aprovechar una ruptura del tipo de cambio por encima de un nivel clave de resistencia o soporte), ha caído gradualmente en desuso. La razón principal es el debilitamiento significativo de la tendencia del mercado de divisas, que ha privado a la estrategia de su fundamento de mercado.
La efectividad del trading de ruptura depende en gran medida de una tendencia unilateral sostenida del tipo de cambio. Una vez que el tipo de cambio supera un nivel clave, debe formarse una tendencia sostenible para que los operadores obtengan suficientes beneficios. Sin embargo, el entorno actual del mercado cambiario global no cumple con estos requisitos. En primer lugar, la intervención de los bancos centrales se ha vuelto rutinaria. Los principales bancos centrales suelen mantener los tipos de cambio dentro de sus rangos objetivo mediante operaciones frecuentes. Incluso si los tipos de cambio ocasionalmente superan niveles clave, la intervención de los bancos centrales suele retraerlos dentro de estos rangos, lo que dificulta la formación de una tendencia sostenida. En segundo lugar, los bajos tipos de interés suprimen la volatilidad. En un entorno de bajos tipos de interés, el apetito por el riesgo del capital disminuye, los flujos de capital especulativo a corto plazo disminuyen y los tipos de cambio carecen del respaldo financiero necesario para formar una tendencia. En tercer lugar, la estructura del mercado ha cambiado. Desde la quiebra de FX Concepts, un reconocido fondo global de divisas, en 2013, los grandes gestores de fondos especializados en la negociación de tendencias cambiarias prácticamente han desaparecido. Estos fondos, que en su día fueron una fuerza clave para impulsar las tendencias cambiarias a largo plazo, han debilitado aún más la capacidad del mercado para marcar tendencias, creando un círculo vicioso de «ausencia de tendencia — retirada de fondos — tendencia más débil».
Las características principales del mercado cambiario actual han pasado de estar «impulsado por la tendencia» a estar «impulsado por la consolidación». La mayoría de los pares de divisas fluctúan dentro de rangos fijos durante períodos prolongados, y las rupturas de niveles clave suelen ir seguidas de "falsas rupturas" (es decir, retrocesos rápidos que no establecen una tendencia). Las estrategias de trading de ruptura no solo no generan ganancias, sino que también son propensas a activar órdenes de stop-loss debido a "falsas rupturas", lo que resulta en pérdidas sostenidas. Este cambio en el entorno del mercado ha provocado que los métodos de trading de ruptura pasen de ser una "estrategia efectiva" a una "estrategia de alto riesgo", lo que finalmente ha llevado a su abandono gradual por parte de los operadores.
Resumen: Reconstrucción de las percepciones del trading de Forex y adaptación de estrategias.
Las características actuales del mercado de divisas de "bajo riesgo, baja rentabilidad, ausencia de tendencia y consolidación dominante" son esencialmente el resultado de los efectos combinados de la política monetaria de los bancos centrales globales, las estrategias de intervención cambiaria y la estructura del mercado. Los operadores deben replantear por completo su comprensión del mercado forex: abandonar la expectativa de "ganar mucho dinero a corto plazo" y aceptar su naturaleza de "bajos rendimientos y lenta acumulación". También deberían ajustar sus estrategias de trading, pasando del "trading de tendencias y especulación a corto plazo" al "trading de rango y swing trading". Al aprovechar pequeñas oportunidades dentro de fluctuaciones estrechas y controlar estrictamente las posiciones y las órdenes de stop-loss, pueden obtener ganancias estables a largo plazo.
A menos que se produzca un cambio fundamental en el panorama de la política monetaria global (como una salida colectiva de los bajos tipos de interés y el abandono de la intervención cambiaria por parte de los principales bancos centrales), las características de "bajo riesgo, bajo rendimiento y consolidación dominante" del mercado forex persistirán. La competencia principal de los operadores ya no será "la capacidad de captar tendencias", sino "la capacidad de adaptarse a un mercado volátil y controlar el riesgo".
En el mercado cambiario global bidireccional, las ocho monedas principales (dólar estadounidense, euro, yen, libra esterlina, dólar australiano, dólar canadiense, franco suizo y dólar neozelandés) son los principales objetivos comerciales de los operadores.
Este fenómeno no solo se debe a la influencia global de las economías que las respaldan, sino que también está estrechamente relacionado con las políticas cambiarias de sus países/zonas monetarias emisoras. En comparación con algunos países que implementan controles cambiarios estrictos, los emisores de las ocho monedas principales generalmente adoptan una estrategia de gestión cambiaria abierta, y rara vez imponen medidas de control cambiario sistemáticas a largo plazo. Esta decisión política se basa en la confianza inherente a su fortaleza económica, la posición internacional de sus monedas y la madurez de sus mercados financieros. En lugar de depender del "bloqueo" de los flujos de divisas para mantener la estabilidad, estas monedas pueden obtener mayores beneficios económicos globales mediante la "apertura".
1. Crédito internacional suficiente para la moneda: No se requiere depender de controles para mantener las tenencias.
La principal ventaja de las ocho monedas principales reside en su sólida base crediticia internacional, lo que elimina la necesidad de controles administrativos para obligar a mantenerlas en el mercado. El dólar estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina, reconocidos mundialmente como "monedas fuertes", representan en conjunto más del 90% de las reservas mundiales de divisas y sirven como vehículos principales para que los bancos centrales asignen sus reservas, liquiden el comercio internacional y realicen inversiones transfronterizas. Si bien el dólar australiano, el dólar canadiense, el franco suizo y el dólar neozelandés no se encuentran entre las principales monedas de reserva, sus fundamentos económicos estables (como la fuerte correlación entre el dólar australiano y los precios de las materias primas, y las propiedades de refugio seguro del franco suizo) las han convertido en "monedas fuertes secundarias" que los inversores y operadores globales están dispuestos a mantener activamente.
Esta disposición a mantener activamente las divisas elimina la necesidad de que los emisores de las ocho monedas principales "bloqueen" las reservas de divisas mediante regulación. Por ejemplo, el comercio mundial de petróleo se liquida en dólares estadounidenses, mientras que el comercio dentro de Europa y con los países vecinos se liquida principalmente en euros. La demanda natural del mercado de estas monedas ha generado una "entrada natural" de divisas. Por el contrario, si estas economías implementan controles cambiarios, se enviará una señal negativa al mercado de liquidez monetaria limitada, lo que provocará que los socios comerciales e inversores se preocupen por la convertibilidad de la moneda y, a su vez, reduzcan su uso. Esto, en última instancia, perjudicará la solvencia internacional a largo plazo de la moneda y socavará su competitividad fundamental.
Segunda Economía con Alta Orientación Externa: Los Controles Impactarán Directamente en las Industrias Clave.
Las economías de los ocho principales países/zonas monetarias emisoras de divisas están significativamente orientadas al exterior, y sus industrias clave dependen en gran medida de los mercados globales para su desarrollo. Los controles cambiarios perturbarán directamente un eslabón clave del ciclo económico. Desde la perspectiva de la estructura económica, las principales fuentes de ingresos de estas economías pueden dividirse en tres categorías: la primera es la exportación de recursos (como la dependencia de Australia de las exportaciones de mineral de hierro y carbón, la de Nueva Zelanda de las exportaciones de productos agrícolas y la de Canadá de las exportaciones de energía y minerales). Sus ingresos por exportaciones generalmente representan más del 20% del PIB. Si se implementan controles cambiarios para restringir el intercambio de los ingresos por exportaciones, esto conducirá directamente a la incapacidad de las empresas para recuperar rápidamente los fondos en moneda local, lo que afectará la producción y las operaciones; la segunda es la inversión transfronteriza (como en Estados Unidos y Japón, donde las empresas nacionales han desplegado redes de producción y ventas a nivel mundial y los ingresos del extranjero representan una proporción muy elevada). Si se restringen los flujos de capital transfronterizos, se obstaculizará la inversión extranjera de las empresas y la repatriación de beneficios, lo que debilitará su competitividad global; la tercera son los servicios financieros (como Londres, Reino Unido, como el mayor centro de negociación de divisas del mundo, y Suiza, como el mercado principal para la banca privada y la gestión patrimonial). El valor fundamental de su sector financiero reside en el libre flujo de capital. Si se implementan controles cambiarios, esto provocará directamente la pérdida de clientes para las instituciones financieras y destruirá las bases del sector.
Tomemos como ejemplo Nueva Zelanda. Las exportaciones agrícolas representan más del 30% de su PIB, y más del 90% de estas exportaciones se destinan a los mercados globales. Si los importadores extranjeros no pueden pagar libremente en dólares neozelandeses, o si los exportadores neozelandeses no pueden convertir libremente la moneda extranjera a la moneda local, esto provocará directamente la no venta de productos agrícolas y una crisis agrícola nacional. Esta "profunda vinculación de la economía con los mercados globales" significa que los ocho principales emisores de divisas no pueden asumir los costos de los controles cambiarios.
Tercero, Alta Madurez del Mercado Financiero: Capacidades Independientes de Cobertura de Riesgos.
Los ocho principales emisores de divisas/áreas monetarias poseen los mercados financieros más maduros y profundos del mundo, capaces de gestionar las fluctuaciones del tipo de cambio y los riesgos de los flujos de capital mediante mecanismos basados en el mercado, sin depender de la "evitación de riesgos" regulatoria. Desde una perspectiva de mercado, los mercados financieros de estas economías presentan tres características clave: primero, son grandes (por ejemplo, el mercado del Tesoro de Estados Unidos supera los 30 billones de dólares y el mercado de bonos de la eurozona supera los 20 billones de dólares), capaces de acomodar entradas y salidas de capital a gran escala y menos susceptibles a fluctuaciones bruscas del mercado causadas por flujos de capital de corto plazo; segundo, cuentan con una rica variedad de instrumentos (los mercados desarrollados de derivados como forwards, opciones y swaps de divisas permiten a las empresas e inversores protegerse contra el riesgo cambiario mediante herramientas de cobertura); y tercero, tienen marcos regulatorios sólidos (incluidos marcos de política macroprudencial sólidos como las herramientas de ajuste de liquidez de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, y el mecanismo de monitoreo de flujos de capital transfronterizos de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) del Reino Unido), lo que les permite guiar los flujos de capital a través de medios basados en el mercado.
Por ejemplo, cuando el yen se enfrenta a presiones temporales de depreciación, el Banco de Japón puede elevar los tipos de interés para aumentar el rendimiento de los activos denominados en yenes, atrayendo capital extranjero para aumentar las tenencias de activos en yenes y, a su vez, impulsando de nuevo el tipo de cambio del yen; cuando la libra esterlina se enfrenta a presiones de apreciación, el Banco de Inglaterra puede ampliar sus compras de activos para liberar liquidez, reducir los tipos de interés del mercado y frenar la entrada excesiva de capital extranjero. Esta "capacidad regulatoria basada en el mercado" elimina la necesidad de que los ocho principales emisores de divisas "bloqueen" los riesgos mediante controles administrativos, permitiéndoles, en cambio, equilibrar los riesgos mediante mecanismos de mercado.
Cuarto, los flujos de capital demandan bidireccionalmente: la apertura consiste en su propia lógica de desarrollo.
Los flujos de capital entre los ocho principales emisores de divisas exhiben un "equilibrio bidireccional", que requiere tanto "salidas de capital" para generar rendimientos globales como "entradas de capital" para apoyar el desarrollo nacional. La liberalización cambiaria es un requisito previo para lograr este ciclo. Desde la perspectiva de las salidas de capital, economías como Estados Unidos, Japón y el Reino Unido poseen grandes reservas de capital interno y necesitan aumentar sus activos mediante la inversión extranjera. Por ejemplo, la inversión directa en el exterior de Estados Unidos supera los 6 billones de dólares, y la de Japón, los 3 billones. Las ganancias repatriadas de estas inversiones son un motor clave de su respectivo crecimiento económico. Imponer controles cambiarios para restringir las salidas de capital bloquearía este flujo de ingresos. Desde la perspectiva de las entradas de capital, economías como la eurozona, Canadá y Australia requieren inversión extranjera para impulsar la modernización industrial y el desarrollo de infraestructuras nacionales. Por ejemplo, la eurozona promueve la transformación industrial atrayendo inversión extranjera en nuevas energías y manufactura de alta gama, mientras que Australia atrae inversión extranjera para desarrollar sus recursos minerales. Restringir las entradas de capital provocaría una inversión interna insuficiente y limitaría el crecimiento económico.
Tomemos como ejemplo Estados Unidos. Necesita que las empresas nacionales inviertan capital en mercados de alto crecimiento en todo el mundo (como el Sudeste Asiático y América Latina) para generar altos rendimientos, y también necesita que los inversores extranjeros adquieran bonos del Tesoro estadounidense, acciones y otros activos para financiar al gobierno y las empresas estadounidenses. Esta lógica de "flujos de capital bidireccionales y apoyo mutuo" dicta que la liberalización cambiaria es una opción inevitable para los ocho principales emisores de divisas. La regulación no solo restringiría las salidas de capital, sino que también bloquearía las entradas de capital, lo que en última instancia perjudicaría el ciclo económico.
V. Normas internacionales y restricciones crediticias: La regulación socavará el poder del discurso global.
Los ocho principales emisores de divisas son en su mayoría países desarrollados (como los miembros del G7 y la OCDE). Son los principales creadores y participantes de las normas económicas globales. Sus decisiones políticas deben ajustarse a las normas internacionales que rigen, manteniendo al mismo tiempo su propia "imagen crediticia". Desde la perspectiva de las normas internacionales, estas economías han liderado el establecimiento de un orden económico internacional centrado en la libre circulación de capitales desde la Segunda Guerra Mundial (por ejemplo, el Artículo VIII del Acuerdo del FMI alienta a los países miembros a eliminar los controles cambiarios en cuenta corriente, y el Código de Liberalización de Capitales de la OCDE exige a los países miembros que abran sus cuentas de capital). Imponer controles cambiarios constituiría una medida que violaría las normas, debilitando su influencia en la gobernanza económica global. Desde una perspectiva crediticia, una de las principales ventajas competitivas de estas economías reside en la estabilidad y previsibilidad de sus políticas. La imposición repentina de controles cambiarios socavaría la confianza del mercado en sus políticas y desencadenaría una crisis crediticia.
Tomemos como ejemplo a Suiza. El principal atractivo de su banca privada es la libertad de capital, la confidencialidad y la seguridad. Aproximadamente un tercio del patrimonio privado transfronterizo mundial se gestiona a través de bancos suizos. Si Suiza impusiera controles cambiarios, socavaría directamente la confianza de sus clientes en la seguridad y liquidez de sus fondos, provocando una fuga de capital a gran escala y devastando su sector de gestión patrimonial. Esta necesidad de "restricciones normativas internacionales y de mantener una imagen crediticia" fortalece aún más a los ocho principales emisores de monedas política de liberalización cambiaria.
Información adicional: No se trata de una "no intervención absoluta", sino de una "regulación de emergencia".
Cabe aclarar que los ocho principales emisores de divisas no se "abstienen completamente de intervenir en el mercado cambiario". Más bien, evitan implementar controles cambiarios generales y a largo plazo. Solo adoptan medidas regulatorias temporales basadas en el mercado en condiciones extremas. Estas medidas se caracterizan principalmente por su carácter "cortoplacista" y "específico". Por ejemplo, en 2015, el Banco Nacional Suizo levantó temporalmente la paridad franco-euro debido a la transmisión de la presión depreciatoria del euro derivada de la expansión cuantitativa de la eurozona. En 1992, cuando la libra esterlina se enfrentó a ataques especulativos, el Banco de Inglaterra respondió a las salidas de capital con un drástico aumento de los tipos de interés (llegando a elevar el tipo de referencia al 15%). Al comienzo de la pandemia de 2020, la Reserva Federal estableció acuerdos de swap de divisas con varios bancos centrales para aliviar la escasez de liquidez en dólares estadounidenses. Estas medidas son "medidas de emergencia" y finalizarán una vez que se restablezca la estabilidad del mercado. No constituirán políticas regulatorias a largo plazo, y su objetivo principal sigue siendo "mantener la apertura del mercado".
Resumen: La lógica fundamental de la selección de la política cambiaria: "La confianza determina la estrategia".
La implementación de controles cambiarios por parte de un país o una zona monetaria depende esencialmente de su confianza económica. La confianza de los ocho principales emisores de divisas se basa en tres factores: la credibilidad internacional de sus monedas (sin necesidad de tenencias obligatorias), la competitividad global de sus economías orientadas a la exportación (los controles restringirían sus recursos financieros) y la capacidad de gestión de riesgos de sus mercados financieros maduros (sin necesidad de evitar riesgos). Por lo tanto, la liberalización de los flujos de divisas puede generar múltiples beneficios: atraer inversión extranjera, promover el comercio y mejorar el estatus de la moneda. Sin embargo, algunos países implementan controles cambiarios debido a la insuficiencia de reservas de divisas, la fragilidad de sus mercados financieros y un alto grado de dependencia económica de las divisas, pero carecen de competitividad básica. Solo pueden lograr estabilidad a corto plazo bloqueando las salidas de capital mediante controles.
En resumen, la elección de la política cambiaria refleja fortaleza: las entidades con economías sólidas, suficiente credibilidad monetaria y mercados maduros se atreven a aprovechar los beneficios globales de la apertura; mientras que aquellas con menor fortaleza y menor resiliencia a los riesgos solo pueden buscar seguridad a corto plazo mediante controles. Las políticas cambiarias abiertas de los ocho principales emisores de divisas son un reflejo directo de su situación económica global.
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